2.2.10

Princesa.

Recuerdo los viejos cuentos de princesas y como quería ser una de ellas.

Pero todo era muy distinto, recuerdo las calles mojadas, la violencia y las prostitutas. Vivía entre la mierda y así me llegué a sentir yo.

Quizás toda esta situación me llevó a ser una soñadora. En vez de hundirme y resignarme me dediqué a soñar nuevas vidas.

No eran vidas de lujos ni abundancia, eran sueños en los que no sentía nunca dolor alguno, donde la ausencia de afecto no me ahogaba ni me hundía en la miseria, soñaba que podía arreglar las cosas.

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