11.12.09

Tierra a la tierra.

Inspiro.

La humedad recorre mi entumecido cuerpo. Mis manos son ramas, inútiles. Heridas dónde estaban mis uñas, que ahora yacen clavadas en las paredes. Lucho por huir, escarbo en el frío. Hebras de sangre hilvanan mi cuerpo, me agarran y me encadenan. Híbrido entre vivo y muerto, intento aferrarme a la luz.

La tierra entra en mis pulmones. Ahogo. Me desgarra el esófago, me desgarro interiormente. Óxido. Hierro en mi boca, respiro sangre. El único resquicio de vida huye de mí a borbotones.

Impotente, no sudo ni lloro. Mi cuerpo no es mío. Soy un hereje de mí mismo.

Pronto me devorarán por dentro, lentamente, pero ya no sentiré dolor porqué ya no soy yo.

Ojos vidriosos y labios resquebrajados. Ya nada me importa, ya no recuerdo, ya no sé, ya no soy.

Me pudriré. Soledad. Cenizas a las cenizas, pasto de los gusanos y la muerte.

No hay comentarios:

Publicar un comentario